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Podredumbre mental

Imagen de la palabra brain-rot o podredumbre mental

La editorial de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, ha elegido la palabra brain-rot, en español podredumbre mental, como la más destacada de 2024. Oxford University Press organiza desde hace veinte años esta particular selección.

La palabra, informa la editorial, define “el supuesto deterioro del estado mental y/o intelectual de una persona, especialmente por el consumo excesivo (particularmente online) de contenidos triviales o intrascendentes”.

El término, que fue acuñado por vez primera en 1854 por el escritor estadounidense Henry David Thoreau en su obra Walden, ha adquirido nuevo significado en la actualidad por el consumo de contenidos banales en las redes sociales.

Señal de decadencia mental e intelectual

Entre 2023 y 2024 la editorial ha detectado un aumento del 230% en el uso de esta palabra (en el ámbito anglosajón, se entiende).

Thoreau empleó el término en su famoso libro sobre la vida en los bosques para criticar la tendencia de la sociedad a devaluar ideas complejas o que tienen múltiples interpretaciones en favor de explicaciones únicas. El escritor estadounidense, apunta la editorial británica, veía en esta actidud una señal inequívoca de decadencia del esfuerzo mental e intelectual.

Si bien la palabra no es extrapolable tal cual al mundo hispano, es evidente que el hecho que describe tiene alcance global y afecta a todo el planeta, también a España.

Una variante del concepto ha sido elegida también palabra del año en 2024 por el dicccionario australiano Mcquarie. Creada por Cory Doctorow, es enshittification, que la periodista Soledad Gallego-Díaz traduce en su columna de este fin de semana en El País como “enmierdar”.

Orgullo analfabeto

Tiene una connotación que no posee brain-rot: enmierdar con el objetivo de ganar dinero, que el deterioro de lo que sea (lean a Gallego-Díaz) se debe a que unos cuantos quieren maximizar beneficios a costa de la calidad del servicio que prestan o del producto que venden.

La consecuencia es, por supuesto, podredumbre mental, o brain-rot como dicen los anglosajones. Y también la condición sine-qua-non.

En este mundo capitalista en el que vivimos en el que el mercado lo regula todo, cada uno puede vender lo que quiera con el riesgo de que el público lo compre o no. Cuanto más tonto el público, más mierda está dispuesto a comprar. Es como la pescadilla que se muerde la cola.

Tengo la impresión de que todo esto se ve favorecido por ese orgullo analfabeto tan de moda y que pretende reforzarse a si mismo desacreditando a las personas que saben, que manejan conocimiento confiable.

Hay que seguir trabajando en 2025 para desenmierdar el ambiente, aprender y enseñar, como hace Gallego-Díaz, a decir no a la podredumbre mental.

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