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Esos artistas vagos que tienen dos empleos

Los artistas tienen dos empleos, no se si usted se ha dado cuenta. Si el artista tiene suerte y algo de éxito, podrá vivir de su trabajo artístico; en caso contrario –el de la mayoría– deberán cumplir con una doble jornada laboral: el empleo que les da de comer y el otro, el creativo.

La recién nombrada directora de la agencia fotográfica Magnum, Cristina de Middel, se quejaba de esto hace unos días en El País: “España debe ser uno de los únicos países en Europa que todavía piensa que los artistas son unos vagos, que los museos son una pérdida de tiempo y la cultura es tirar el dinero”.

Y añadía que la razón de esto es que España no está orgullosa de ser quien es. Tal vez se entienda mejor esa falta de orgullo si la interpretamos como complejo de inferioridad.

No obstante, cualquier español medianamente leído se siente orgulloso de los grandes nombres y obras que ha dado la cultura hispánica a lo largo de la historia. Pongan ustedes los ejemplos que quieran. A más nombres, que los hay, más autoestima. Pero, si no conoce ninguno, que no creo que sea el caso, ¿cómo va a sentirse orgulloso de su cultura?.

Pluriempleo artístico

Comparto plenamente la queja de Cristina de Middel. Es más, me gustaría refutar con algún argumento más a esas personas que piensan que los artistas son unos vagos, a saber:

El artista con doble empleo no es un elefante rosa que vuela; existe. En la práctica, es la situación de la mayoría.

Antes de que sus libros se vendieran como churros, el escritor chileno Roberto Bolaño sobrevivía a base de arroz blanco o pasta en un pequeño apartamento de Blanes. Desde su llegada a España había trabajado en multitud de empleos precarios como lavaplatos, vigilante de un camping o temporero agrícola.

Y después escribía. ¿Vago? No es opinable que tenía doble jornada. No habría escrito sus libros a la par si no la hubiera tenido. Es más, esta doble vida laboral le proporcionó bastante material para sus ficciones.

Hay muchos ejemplos como el de Bolaño en la historias de la literatura y de las artes. Estoy seguro de que usted conoce, como yo conozco aquí en Cádiz, a más de una pintora o músico o escritora cuyo trabajo como artista no le proporciona dinero suficiente para vivir y debe cumplir con las tareas de otro u otros empleos para subsistir.

Un frotaesquinas estará en su derecho de decir que los artistas son unos vagos, pero yo le doy más crédito a esa gente que mira y se esfuerza por entender lo que ve, que no se deja llevar por la pereza mental de quien pretende explicar el mundo con una simpleza y dos huevos duros.

Y respecto a la idea de que gastar en cultura es tirar el dinero tal vez baste como ejemplo una noticia reciente que demuestra todo lo contrario: La música clásica mejora el estado de ánimo de pacientes con depresión.

Bien lo saben muchos artistas pluriempleados.

Foto: Mural de Patricia Fornos – Casa de América – Licencia cc by-nc-nd

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