Para ser columnista hay que saber llevar sombrero. Lo intento (ser columnista, nada me impide publicar aquí lo que me apetezca), pero no me sale la morcilla de González-Ruano. Y creo que es por este motivo, porque no sé llevar sombrero.
Pero voy a insistir en ello, más que nada porque el médico me lo ha recomendado (llevar sombrero, no escribir columnas), sobre todo los días de sol, y ya sabe usted que no hay mejor abrigo ni mejor sombra que la que lleva uno puesta sobre su cabeza.