El dibujante gaditano Ricardo Olivera, más conocido como Fritz, ha reeditado las primeras historias de la tierra incierta, publicadas en su día en el recordado fanzine Radio Ethiopía, aunque en esta ocasión reunidas a todo color y en un único volúmen titulado Espejismos de andar por casa.
La serie pasó, unos años más tarde, de Radio Ethiopía a las páginas de la revista griega 9 (ένατητέχνη), El Batracio Amarillo, Mondo Universitario (Portugal), la web de humor Irreverendo.com y algunos otros medios.
En 2005 la editorial Astiberri publicó el libro Las criaturas de la tierra incierta, que contenía una historia de ochenta páginas, cuyo primer capítulo había sido publicado anteriormente por la editora gaditana BAAL.
El título no es nuevo: “En el año 2011 se publicó una cosita con la misma portada y el mismo título que esto, pero que era otra cosa, porque era un cuadernito así pequeñito, con blanco y negro, con unas cuantas tiritas que me publicó El batracio amarillo, y como el título me gustaba y la portada también y aquello quedó en poquita cosa, pues lo he vuelto a utilizar”, explica el autor.
Un bicho raro
En la reciente presentación de este nuevo libro en la Librería Plastilina de Cádiz, el escritor Rafael Marín comentaba que las tiras del gaditano muy bien las podría publicar cualquier periódico del mundo (citó expresamente el Washington post) porque “los cartoons de Ricardo son espectaculares; porque son poéticos, sarcásticos, críticos”.
Si tienen curiosidad, pueden acercarse a la Feria del libro de Cádiz de este año, que le ha dedicado una exposición retrospectiva. O comprar la revista Mongolia con la que ha empezado a colaborar este junio.
Rafael Marín, que ha colaborado con Fritz en varias ocasiones, le decía directamente a la cara aquella tarde en la librería que “lo que tu haces no lo hace nadie en España; absolutamente nadie” y el dibujante le contestaba: “Soy un bicho raro”.
Tierra incierta, tierra de sueños
Curioso que él lo diga, que ha creado los bichos raros que habitan la tierra incierta, un territorio desértico y silencioso en el que sus personajes no pronuncian palabra, son mudos sonoros, aunque el autor nos permite ver sus pensamientos dibujados entre interrogaciones, corazones y onomatopeyas.
Criaturas que surgieron de su mente hace ya treinta años cuando trabajaba como diseñador gráfico creando impresos para supermercados o programas universitarios. La cabeza pensando por un lado y la mano dibujando por otro.
Primero surgió, literalmente de un agujero, Flo “la bailarina silvestre del desierto improbable” y luego le siguieron el mago Fiodor, Grunt, una suerte de troglodita moderno enamorado de Flo, el bebé demonio MMM o el Gato artista, cuyo nombre verdadero se desconoce y que aparece en las historias como el trasunto del autor, testigo a veces sorprendido, a veces escéptico, de lo que observa.
“Lo que hay aquí es un poco casi un comprendio de todo lo que en mi vida he querido hacer, en lo que veo, que por un lado está esta cabeza que tengo tan peculiar que tiende al surrealismo y a las cosas raras, y por otro lado mi pasión por el lenguaje de los tebeos de toda la vida”.
El espejo de todos
Hay una definición de espejismo en el diccionario como sinónimo de ilusión, “imagen sin verdadera realidad” dice el DRAE. Pero esa ilusión exacta no se produce en la tierra incierta.
Escribe Ricardo Olivera:
“Todo mundo fantástico es en mayor o menor medida un reflejo deformado del real, y este lo es de manera intencionada. Estos personajes, por muy insólitos que nos resulten, se parecen mucho a nosotros. Por eso, me gusta dibujarlos haciendo tareas cotidianas, como barrer, ver la tele o fregar los platos.”
Pero también son pobladores de un territorio fronterizo con lo onírico y surrealista:
“se trataba de soltar un poco mi imaginación y llevarla hasta donde llegara sin ponerme ningún límite, un poco como lo que hacían los surrealistas de algo automático que surge que si le tienes que buscar una explicación entonces ya no es surrealismo, ¿no?”
Por amor arte, literalmente
Lamenta el autor que la crisis de los periódicos de papel haya desplazado de sus páginas a muchos dibujantes de viñetas. Una labor que implica una cierta regularidad al tener que cumplir entregas semanales o diarias, con lo que ello supone como dinamo creativa (estar constantemente en ebullición) y como proveedor de ingresos económicos de forma regular.
Una situación que no solo padece el autor de Cádiz:
“Gran parte de lo que hacemos, lo hacemos gratis muchas veces. Lo hacemos sin saber si eso nos va a dar algún beneficio alguna vez. Pero lo hacemos porque somos así de masoquistas, supongo.”
Y Rafael Marín, que lo oye, apostilla:
“Pero eso es lo que mantiene que todavía exista el cómic español. Porque el cómic español existe por eso. Porque los autores están dispuestos a tirarse meses y meses de años dibujando sin ver un euro. Y al final, a lo mejor, pues ven 500 euros por un trabajo que les ha llevado muchísimo tiempo.”.
El Libro blanco del comic, presentado este año por el Ministerio de Cultura y la Asociación Sectorial del Cómic ofrecía datos bastante elocuentes al respecto: Solo uno de cada cinco autores puede vivir de su trabajo creativo en una industria que factura 130 millones de euros al año.
Pregonero de la tierra incierta
Uno de los inconvenientes de la excesiva publicación de libros en España es que, salvo en el caso de nombres muy reconocidos, es el propio autor el que debe pregonar su obra por su cuenta y con sus propios medios. En estas circunstancias, muchos autores prefieren prescindir de la editorial.
Ricardo Olivera ha escogido esta posibilidad:
“Me he lanzado a la autoedición, ahora puedo hacerlo. En otros tiempos no tenía dinero para hacerlo, ahora mismo me lo podía permitir. A ver qué tal. De momento todavía no he recuperado la inversión, pero vamos, creo que la recuperaré”, afirma.
Pero tampoco es la panacea: “Veré poco dinero, pero es que cuando publicas con una editorial también ves poco dinero. Luego las editoriales no te mueven demasiado la obra. Esperan siempre que sea el propio autor el que la promocione. Y si yo tengo que promocionar, pues bueno, ya promociono lo que yo he publicado. Entonces, bueno, me he lanzado un poquito esta aventura”.
Invitado destacado este año del Salón Internacional del Comic de Huelva, Fritz ha obtenido hace unos días una mención especial en el premio Curuxa de humor que concede el Museo del Humor Xaquín Marín de Fene (Coruña), donde ganó un primer premio en 2022.
Espejismos de andar por casa. Fritz.
El churro ilustrado, 2024.