Algunos apuntes sobre la descarga gratuita de libros electrónicos en España: Seis de cada diez lectores de libros electrónicos los descargan de forma gratuita de internet en España, según han dado a conocer los editores hace unos días.
Es un dato revelador a medias. Sería interesante saber cuáles de estas descargas son ilegales y cuáles no. Porque también hay libros cuya descarga gratuita es legal.
Otro dato que ofrecen los editores: el 43’5 por ciento obtiene estos libros de amigos o familiares que se los pasan en soporte digital (lapiz de memoria, correo electrónico, por ejemplo).
Bueno, esto viene a decir que cualquier persona puede conseguir de forma gratuita una copia de un libro electrónico que ha sido comprado legalmente en una librería digital o en el sitio web de una editorial.
Cada copia así transmitida supone un ejemplar menos vendido y, a su vez, menos ingresos para los editores, librerías y autores. Quiero decir que esta es otra forma de contrabando de libros que añadir a la descarga ilegal.
Internet y el libro de autor
Desde hace ya bastantes años las distintas administraciones públicas han mostrado un celo encomiable en la defensa del patrimonio histórico-artístico español. Se ha invertido mucho dinero en su restauración y conservación para que toda la ciudadanía pueda disfrutar del mismo, porque pertenece al bien común.
A veces hay que pagar para poder visitar estas joyas porque su defensa y conservación es bastante costosa, como ocurre por ejemplo con el palacio nazarí de La Alhambra en Granada. En otros casos es posible disfrutar de forma gratuita de él. Un ejemplo serían las murallas de las Puertas de Tierra en Cádiz.
No siempre hubo este respeto por el patrimonio común de todos. En otras épocas se prefirieron otras ventajas y se optó por ellas antes que por conservarlo.
¿Y esto que tiene que ver con la descarga de libros?, se preguntarán.
Hasta la aparición de internet, el libro solo existía en soporte físico en papel. Las ediciones más antiguas eran conservadas por las bibliotecas. Sin embargo, cuando vencían los derechos que tenía el autor y sus herederos sobre la explotación comercial de la obra, las editoriales hacían accesibles estos libros para quienes quisieran tenerlos en propiedad y seguían vendiéndolos aunque ya no reportaran beneficio alguno a quien los creó.
Patrimonio cultural de todos
La aparición de intenet ha hecho posible digitalizar estos libros y hacer accesible su copia de forma gratuita y legal a los lectores una vez que han expirado sus derechos de explotación comercial. Legalmente pasan a formar parte del dominio público, es decir, son patrimonio cultural de todos.
Gracias a la labor de instituciones estatales como la Biblioteca Digital Hispánica o iniciativas de colaborac¡ón público-privada como la Biblioteca Virtual Cervantes, es posible descargar estos libros de sus respectivos sitios web. De forma gratuita y legal.
Podrían haber implementado sistemas de pago, porque la digitalización supone tiempo y dinero, pero no lo han hecho, siguiendo la estela de organizaciones creadas ex profeso para poner a disposición de los lectores el patrimonio cultural de los libros en dominio público.
A nivel internacional existen sitios web pioneros en esta tarea como el conocido y políglota Proyecto Gutenberg.
Esto no impide que las editoriales sigan editando estos libros en soporte papel. Y cobrando por ello, por supuesto, porque hacer una edición en papel tiene unos costes. Además, siempre habrá personas que prefieran leerlos en papel que en formato digital y pague por ellos.
Otras formas legales de descarga gratuita de libros
No son los únicos libros de descarga legal y gratuita que se pueden encontrar en España. Hay otras instituciones y/o universidades, por ejemplo, que digitalizan libros y permiten su descarga gratuita bajo ciertas condiciones y/o limitaciones, mediante licencias de autorización previa Creative Commons.
También lo hacen algunos autores y particulares, incluso cediendo directamente los derechos de sus obras al dominio público.
Hace ya varios años que la Federación de Gremios de Editores de España incluyó en su barómetro anual sobre el libro y la lectura los datos referentes a los libros electrónicos. Nadie mejor que este sector empresarial como para conocer el problema que supone la descarga ilegal y el contrabando de libros digitales.
El estudio habla de descargas gratuitas pero no distingue entre descargas legales e ilegales. Al menos no lo hace en los datos dados a conocer públicamente en su sitio web.
Habría sido interesante conocer este dato con mayor profundidad. Romper las equivalencias gratuito=ilegal/de pago=legal.
Los editores sí han preguntado a los lectores si saben distinguir entre las páginas de descarga ilegal de las que no lo son. La respuesta mayoritaria, casi un 64%, es que los lectores sí saben hacer esa distinción.
Lo que significa que quien descarga un libro ilegalmente lo sabe. Sin embargo, no está tan claro que conozca las implicaciones de esta actividad para autores y editores, ni la necesidad que tienen unos y otros de cobrar por el trabajo que realizan, como en cualquier otra profesión.
Afinar los matices
Un 43 por ciento de quienes leen libros en formato digital paga por descargarse una copia legal desde internet. Pero como hemos visto, eso no impide que esa copìa pueda circular libre y gratuitamente entre más personas.
Por supuesto que esto ocurre también con los libros en formato papel, pero de forma mucho más limitada. Uno puede prestar un libro a una persona cada vez, mientras que podría proporcionar una copia digital a cientos de ellas de una sola tacada.
De nuevo, como en el caso de las descargas ilegales, en este caso es fundamental que el propietario de la copia legal sepa las implicaciones que tiene para autores y editores compartirla indiscriminadamente. Y que le importe.