Si alguien tuviera el atrevimiento o la osadía de bautizar el bastón de Antonio Machado, es probable que se dediciera por nombrarle “caminante”. Con esta palabra comienza uno de sus versos más famosos. Ya saben, “se hace camino al andar”. Y además rima con “Rocinante”, otro andariego soñador de espacios abiertos.
El bastón de Antonio Machado tiene caracter icónico, en mi opinion, gracias a una fotografía realizada por Alfonso en diciembre de 1933. La imagen se publicó al mes siguiente en el periódico La libertad de Madrid para ilustrar la entrevista “Deberes del arte en el momento actual” que le hizo la periodista Rosario del Olmo.